Educación y confinamiento

A raíz de las medidas derivadas del estado de alarma, han surgido algunas voces en los medios alertando sobre la situación de los menores en el contexto actual. Más que cuestionar el carácter de las medidas, estos reportajes ponen el foco en las necesidades específicas de la infancia, además de abrir una puerta para la reflexión en torno nuestros modelos de socialización, educación y ocio infanto-juvenil.

Uno de ellos recoge la iniciativa de la pedagoga Heike Freire, abanderada de la Pedagogía Verde, en Change.org para solicitar la adecuación de las medidas a las necesidades de movimiento de los niños. Afirma que “Los niños y niñas tienen necesidades fisiológicas imperiosas como el contacto humano, el movimiento, el aire fresco, la vitamina D del sol, el juego espontáneo etc. que son fundamentales para su salud, su desarrollo y su bienestar. Si queremos que sus sistemas inmunes estén fuertes necesitan cariño, alegría, disfrute y confianza en la vida a su alrededor.”

Y añade: “Los espacios cerrados, el sedentarismo, las tareas escolares y el exceso de pantallas les exigen largas horas de concentración que no pueden sostener, les cargan de una energía que no pueden renovar y les producen inquietud, tensión y movimientos descontrolados, incapacidad para atender consignas o una continua fatiga que suele estallar en malhumor, gritos, peleas y otras conductas indeseadas.”

A continuación, Freire solicita que se regulen algún modo de que los niños puedan salir de casa a lo largo del periodo de confinamiento. Pero no nos interesa debatir la conveniencia de establecer medidas concretas para que los niños puedan salir a la calle de manera programada, sino subrayar varias características de la vida cotidiana de niños y adolescentes que la autora apunta en la primera frase: espacios cerrados, sedentarismo, tareas escolares y exceso de pantallas. Todas ellas son variables interrelacionadas y objeto de debate en el mundo de la educación.

El uso intensivo de pantallas (móvil, tableta, ordenador, consola, televisión) favorece el sedentarismo, y numerosos estudios analizan la correlación de estos factores, como el reciente Estudio Pasos, de la Fundación Gasol. Pero, ¿en qué lugar queda el entorno natural? La tendencia de las últimas décadas hacia la digitalización del ocio, las relaciones sociales o el acceso a la información y el conocimiento ha acelerado la progresiva desvinculación con el medio natural de las últimas generaciones, impulsada por la masiva emigración a las ciudades y el progresivo abandono del campo, entre otras causas.

Curiosamente la infrarrepresentación del mundo rural en los medios de comunicación masivos se ha visto ligeramente compensada últimamente por el reconocimiento del fenómeno conocido como “España vaciada”, así como por la preocupación acerca de la emergencia climática. Y precisamente el cambio de conciencia en torno al medio ambiente y la creciente presencia de este tema en la agenda pública podrían estimular la entrada en la educación formal de algunos principios de la educación en verde que defienden Freire y otros.

La Resolución “El derecho de los niños a conectar con la naturaleza y a un medio ambiento sano” (2012) del Congreso Mundial de la Naturaleza afirma que “se está produciendo un serio declive en la calidad y cantidad de la experiencia directa de los niños del medio natural como resultado de los desarrollos globales como la urbanización, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la industrialización y la degradación del medio ambiente.”

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Por otra parte, el artículo «Niños y naturaleza, de la teoría a la práctica» señala, basándose en el Trastorno por déficit de naturaleza descrito por Richard Louv, que la exposición a ambientes naturales tiene varias ventajas:

“1. Permite el desarrollo armónico de los sistemas nervioso, inmunitario y endocrino.

2. Optimiza los procesos de aprendizaje: El niño siente la necesidad de explorar el mundo y esa curiosidad pone en marcha su atención.

3. Facilita el ejercicio físico, el desarrollo sensorio-motor, el juego no estructurado, la sociabilidad y la puesta a punto de los ciclos biológicos.”

El mismo texto identifica dificultades para llevar a la práctica ese acercamiento a estos entornos naturales, como el ocio electrónico, el problema del acceso a entornos naturales saludables, por la excesiva distancia, la contaminación urbana o el diseño inadecuado de zonas verdes; y el problema del exceso de precaución. Es decir, magnificar los riesgos de la naturaleza en detrimento de sus beneficios.

Volviendo a la Resolución antes mencionada, en la misma se afirma que “existe una preocupación ampliamente compartida acerca de la creciente desconexión de la gente, y especialmente de los niños, de la naturaleza, y de las consecuencias adversas que ello tiene tanto para el buen desarrollo de los niños (“desorden del déficit de naturaleza”) así como de la custodia responsable de la naturaleza y el medio ambiente en el futuro.” Y añade que “el derecho humano de los niños a conectar con la naturaleza y a un medio ambiente sano todavía no ha sido internacionalmente reconocido ni codificado de manera jurídicamente vinculante en ningún tratado de las Naciones Unidas (Derechos Humanos), como la Convención sobre los Derechos del Niño”.

En conclusión, en estos días de encierro se está redoblando la atención de los niños a las pantallas y dispositivos móviles. Por tanto, es un buen momento echar de menos y revalorizar todos aquellos aspectos del desarrollo y el aprendizaje infantil y juvenil que la formación online (a pesar de sus numerosas ventajas) no puede cubrir: el descubrimiento y apreciación del entorno, la observación del mundo físico, la relación con los demás no mediatizada por una pantalla luminosa o el fortalecimiento de capacidades básicas que la hiperconectividad puede frenar, como la memoria, la concentración o la atención.

Fuentes consultadas:

  • ¿Dónde queda la infancia en este confinamiento? El Diario de la Educación, 27-03-2020
  • La asombrosa desaparición de 7 millones de niños españoles por el coronavirus  El Confidencial, 23-03-2020
  • Los niños del Covid: el trauma familiar que la economía y los datos no nos dejan ver El Confidencial, 29-03-2020
  • Página de Heike Freire
  • RTVE Podcast «Secretos del cerebro: Trastorno por déficit de naturaleza»
  • Resolución WCC-2012-RES-101-SP El derecho de los niños a conectar con la naturaleza y a un medio ambiento sano, del Congreso Mundial de la Naturaleza.
  • Estudio Pasos. Fundación Gasol, 2019
  • «Niños y Naturaleza, de la teoría a la práctica». Clemente Calvo Muñoz (en Revista Medicina naturista, Vol. 8, Nº 2, 2014)